Después de haber perdido otra vida, cual gato salvaje que no mira mas allá de sus narices para no ver el peligro que le va a acontecer, vuelvo a la realidad sin nada mas que yo mismo como equipaje. Todo lo de tus vidas anteriores no te sirve de nada, se ha quedado atrás y allí debe permanecer.
Das un primer paso hacia un nuevo comenzar y la oscuridad se cierne sobre ti. Todo lo que creías haber dejado en el pasado vuelve a tu memoria mas vivo que nunca. El peso sobre tus hombros es mayor que el que Atlas, el titan, tuvo que soportar. El segundo paso es imposible. Te dejas arrastrar a la oscuridad sin oponer resistencia, sabes que aquella vida que perdiste era la séptima, y por muchas vidas que esas sean, solo eres un gato.
Tu cuerpo no responde, tu mente divaga en recuerdos perdidos en el tiempo, la hora ha llegado.
Un hilo de luz atraviesa la oscuridad, te levanta del suelo en el que yaces, te mira a los ojos y tus pulmones vuelven a reaccionar, el corazón te vuelve a latir y sientes el calor de otra mano en la tuya. Te sientes desorientado, nada de lo que a continuación ocurre te parece real, posible, y menos aun cuando en un momento de lucidez miras a la cara de quien porta esa luz y ves o mas bien crees ver a tu pasado ante ti.
El día termina, la luz se marcha. Pero te ha regalado el segundo paso de tu comenzar. La oscuridad sigue detrás de ti, pero al menos ya no te impide el paso. Continuas tu camino deseando que lo que crees es tu pasado salvador, no sea tal cosa, si no el futuro que te espera. La luz que, aunque vuelvas a estar milenios sin volver a ver, regrese a ti si la oscuridad te atrapa otra vez.
Y lo único que te queda por decirle es: gracias por las "Patatas".
Maravilla !!
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