viernes, 19 de octubre de 2012

1D20

... la noche nunca os había parecido tan oscura y fría. El fuego de la hoguera no os calienta tanto como debería. Un silencio mortecino inunda vuestro pequeño campamento. El lugar que tan cuidadosamente habíais elegido para pasar la noche no os parece tan seguro ahora.
Creéis escuchar el crujir de una rama al haber sido pisada. Dos de vosotros desenvaináis las espadas. El arquero acaricia las plumas de una de sus flechas con una mano, mientras con la otra aferra firmemente el arco. El mago sigue sentado, con aparente tranquilidad, entre susurros inintelegibles empieza a conjurar, una leve luz despierta en la parte superior de su cayado.
Sin previo aviso un grito ensordecedor os estremece hasta el último músculo de vuestro cuerpo, de la oscuridad del bosque que os rodea, centenares de criaturas que no distinguís a adivinar lo que son, se avalanzan sobre vosotros.
Tirad los dados...

Tirabais los dados y la decisión se tomaba en base al resultado de esa tirada. Que fácil era resolver cualquier cosa en aquellos tiempos. Uno era capaz de aniquilar ejércitos enteros, atravesar portales mágicos entre mundos, lanzar hechizos, conquistar reinos, librarse de la misma muerte, con una sola tirada de dados.
Pero no todo lo que se decidía con ellos era necesariamente un acto heroico. También se podía decidir si el tiempo que transcurría era una hora o toda una noche. Se decidía que dirección debía tomar el "carruajador" mientras se mantenían con él conversaciones sin sentido como "si venia mucho por aquí" o el resultado de "unir una luz y otra luz". Se solventaban dilemas tan profundos como que pasaba si te metías en el agua, lo que pasaba era "que te mojas".
Dados que decidian si eras "una hija de rey muerto", si por el camino te encontrabas con criaturas fantásticas similares a "un caballo famélico", o si tu tirada por "leyendas" no servía nunca para nada.

Las decisiones que se tomaban en esos mundos de fantasía, con dados o sin ellos, te convertían en héroe o en villano, en alguien rico o en alguien pobre, en alguien vivo o en alguien muerto. Daba lo mismo lo que se tuviese que decidir, lo importante era la facilidad con la que se podía hacer.
Por desgracia en este mundo no hay dado que valga. Las decisiones que tomes las debes tomar en base a tantas variantes distintas que, a diferencia que en los mundos de fantasía, nunca acertarás completamente con lo que decidas. Para unos serás un héroe, para otros un villano. Podrás no tener dinero pero ser rico de alma, o por el contrario ser rico pero pobre de corazón. Podrás estar vivo pero muerto por dento, incluso llegará el día de ser un muerto más, pero seguir vivo en el recuerdo.

Solo las decisiones que tomemos nos llevarán a ser una cosa u otra. Mejor dicho, las decisiones que tomemos nos harán a los ojos de los demás ser una cosa u otra. Por lo tanto lo único que importa es como te ves a ti mism@ cuando te miras en el espejo. Y si no te gusta lo que ves recuerda que la decisión, aunque parezca lo contario, siempre fue tuya.

Aun así, por si acaso, yo siempre llevo los dados conmigo.

2 comentarios:

  1. Me has traido un buen recuerdo y sobre todo, un buen rato de risas!!! Mil gracias!

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  2. incrible pero totalmente cierto... somos lo k decidimos ser, no hay mas. la vida son dos dias y uno de ellos lo pasas durmiendo...

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