martes, 22 de enero de 2013

Nieve


Soy un fantasma vestido de negro en una ciudad teñida de blanco.
Nieve ha llegado. Le ha dado un patada a la puerta y ha invadido la ciudad. No hay ni un solo rincón por el que no se vea lo que deja a su paso.

Frío viene con él. El más nimio roce de su espada te congela, abre una herida que arde en un fuego helado, penetra dentro de ti glaciando tus huesos y la más leve brisa hace que se resquebrajen en mil pedazos.
Para que os hagáis una idea de a lo que me enfrento.













Mis armas. Una canción mal entonada cantada a alzada voz y dentro de mi el recuerdo del calor de tu piel.

Nunca me había enfrentado a enemigo tal, pero parece que por fin he encontrado un rival digno de mi. Por fin un rival que hace que me piense dos veces volver cada día al campo de batalla. Aun así, no dejaré de ir, lucharé y no dejaré de hacerlo mientras me quede aliento. Por fin un rival que me hace sonreír cada mañana, aunque tal vez mi sonrisa se deba a algo más que un rival digno y un campo de batalla épico.









 
Seguiré disfrutando de mi café en mi jardín nevado en los días de paz.

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