sábado, 8 de diciembre de 2012

Tiempos de Paz


El frío ha llegado, la nieve me acompaña algunas mañanas en mi caminar al campo de batalla. Un lugar en el que ahora no hay mucho que hacer. El tiempo que se nos concede cada vez que las campanas repican doce veces está llegando a su fin, aunque doce veces más repicarán y un nuevo tiempo nos será concedido, es momento de dejar las armas y recapacitar que hemos hecho con el tiempo que nos fue otorgado.

Lo que yo he hecho con mi tiempo y como lo he desperdiciado, solo yo lo he de saber, al igual que vostr@s debéis saber que habéis hecho con el vuestro. Para mi estos momentos que se nos conceden para reflexionar sobre qué, cómo, cuándo, y sobre todo quién, nos ha ayudado en nuestro camino, no me sirven para nada más que volver a afilar la espada, pulir la armadura, y volver a prepararme para la guerra. Y esto es así porque no me hace falta pensar en el tiempo que ha pasado ni como ha pasado, lo único que me importa es quien sigue a mi lado, porque para nada me sirve lo que me hicieron ayer, me sirve lo que me hacen hoy.

Puede haber quien ayer me clavase una daga por la espalda, pero que hoy me cura esa misma herida. Puede haber quien ayer me ayudo a levantarme, pero hoy me arroja al fango. En estos días antes del nuevo comienzo, cierto es que, deberíamos hacer conciencia de lo que nos ha acontecido, pero tal vez, y solo tal vez, y siempre teniendo en cuenta que es mi opinión, deberíamos darnos cuenta de que no existe amig@ buen@, ni enemig@ mal@, solo existe quien hoy te cierra la puerta, y quien hoy te la abre. Y darnos cuenta que esa persona puede ser la misma en ambas situaciones.

En este tiempo antes de que nuevas batallas ocupen las horas de mis días, lo dedicaré a afianzar alianzas, acompañaré a la luz que dejó de brillar a las profundidades de la oscuridad, e incluso quien sabe, a lo mejor me da por rescatar a alguna princesa.
En definitiva, que os invito a la reflexión y a que tengáis presente que quien ayer te amaba hoy te puede querer cortar la cabeza, y viceversa.

"...y mientras nos poníamos al día de nuestras tristes vidas me dijo: -"Parece que la vida te sonríe" y mientras estaba terminando la frase, me miró a los ojos y rectificó sus palabras. -"No. No es eso. Tú le sonríes a la vida."

2 comentarios:

  1. jamas te sonreira la vida si uno no pone empeño en ello, como as dixo en veces anteriores somos lo k somos por las decisiones k tomamos, y asi es como dirigimos nuestra vida,a veces son caminos tortuosos o elevados precipicios pero todos terminan en una extensa llanura en la k poder crear nuestros sueños... Larga vida y prosperidad...

    ResponderEliminar