Pensando el guerrero que no podía nada crecer en el jardín de su castillo, una pequeña semilla terminó por entrar. Y en su jardín, justo donde la semilla cayó, nació una florecilla.
Así sucedió como la princesa, encontró
al guerrero. Todo sucede por una razón, el guerrero llamó a la puerta: “toc, toc” la princesa preguntó: ¿quién es? Y él respondió: lo que estabas buscando.
Y no distaba mucho de lo que la princesa
quería. Se había armado de valor, e incluso tentaba a Morfeo queriendo hacer de
sus sueños, su realidad.
Sin sueño y sin ganas de tentarlo, la
princesa, con sus pupilas desnudas miraba al guerrero que dormía tras un largo
día de cortar cabezas, y entre sueños,
en un estado de duermevela, los labios del guerrero, tan perfectos, cálidos y
dulces, pronunció la palabra “preciosa”
dirigida a ella, quien preguntó si volvía a abandonarla, y sus palabras fueron “no, solo hasta que cierre los ojos y
empiece a soñar contigo”.
El corazón de la princesa se había
cerrado por completo, todas las flechas
que quisieran lanzarle se encontraban con una negativa, y encerraba dentro, lo que más quería, su guerrero.
Otros días, Morfeo ganaba y la princesa
dormitaba, pero siempre invadida por la calma y la tranquilidad, pues su
guerrero le prometía que él velaría su
sueño.
Hasta llegar en una ocasión a seguir durmiendo tras haber escuchado
un cuento, con aquellas extrañas
palabras que la noche anterior le dedicó su guerrero, el cual estaba
despierto y esperando su besayuno.
Los
besayunos. Según dicen es la comida más importante del día, y los
suyos se llenaban de energía y de un sentimiento para que el día se tornara más
llevadero a pesar de su distancia, de su deseo de volver a estar piel con piel.
Detrás
de estos besayunos había pensamientos de repetir ese instante, tan
insignificante e infravalorado para muchos, pato da la vida. Así que, por segunda vez el guerrero llama a la
puerta: “toc, toc” la princesa
pregunta: “¿Quién es?” y él
responde: un pato, cuaaaaaaaaaaaccckk.
El ensimismamiento de la princesa
aumentaba, pero, eso sí, justificado, pues
la perfección existe, y definitivamente pululaba en él. Hasta el punto
en que alimentaba su locura, pero
para sorpresa de ella, tal causa tenía el efecto de mermar en él su cordura. ¡Qué tremendas palabras!
Sueño y realidad trazaban una línea tan
estrecha que la princesa no sabía si su imaginación, como tantas veces, le
volvía a jugar una mala pasada. Tal vez el guerrero había escapado de un cuento
y creía que era el suyo… “si no te puedo ver a ti prefiero quedarme
ciego” pero sus palabras embriagaban su voz, danzaban en sus oídos y resistirse
era una batalla perdida antes de comenzar a luchar.
“Si
te vas me quedo en esta calle sin salida” de sus labios provenía esa
armonía tan sublime como un dulce para el gusto o una caricia para el tacto.
Queriendo tornar los sueños realidad,
aún pensaba que todo distaba muy lejos, en cualquier momento se explotaría como
pompas de jabón, despertaría con el sonido del reloj… ¿reloj? hablando de tiempo, las horas se
hacían segundos y no podía pararse el tiempo o aletargar el minutero del reloj,
sabía cuándo era la hora de
entristecerse.
Sus pasos más firmes, sus pensamientos
más cristalinos, sus palabras inigualables.
Según él no había comparación: La princesa llegó a este universo y su molde, queriéndose guardar con sumo
cuidado, fue destruido y sus ojos, a su parecer preciosos, a
veces la luna quiere imitarlos, pero
no puede…
No hay ojos nada más que para ella, “seamos felices y que no importe quien no
quiera serlo” y diciendo esto, su mirada brillaba y abrasaba.
Dichas estas palabras, piensa el
guerrero que lo que escucha tal vez sea un inocente grillo, pero no es así, lo
que sus oídos perciben es el deseo incandescente de la princesa gritando a sus
pies.
Dispuesta a guardar la moral en
cualquier cajón que encuentre, vestirse de demonio y vender los ojos de los
querubines solo por estar con él. Para quitar el nudo, y hacerle ver que el
amor si es verdadero, dura eternamente.
Despierta
guerrero, no es un sueño, no te sumas en sueños para poder estar con tu flor.
Al despertar ella va a despertar contigo, y al levantarte va a rodearte con sus
brazos y a susurrarte al oído –“No te vayas, quédate conmigo”.
precioso..... bella historia de amor la del guerrero y la flor. Y mucho mas bello tener el placer de vivirlo. Enhorabuena por ellos
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=iJyYDlUfhE0
ResponderEliminaraunque es repetirlo lo expuesto en facebook... una imagen vale mas que mil palabras...
Muchas felicidades guerrero, en el día de tu cumpleaños. Que tengas un día maravilloso, y los que le sigan sean fantásticos tambien. Mucha suerte y buen rollito.
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